Domingo, 24 de Noviembre 2024
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España Partido Popular Titulo: Las Redes Sociales durante la Campaña Electoral. Texto: La democracia es un diálogo y la política es conversación. Y esa conversación desde hace unos años tiene como escenario un medio distinto al que los partidos políticos estaban acostumbrados. Los mensajes dejan de ser unidireccionales y las entrevistas no tienen las preguntas cerradas. Desaparecen los intermediarios entre ciudadanos y políticos. En la red no existen señales propias de televisión, ni ruedas de prensa sin preguntas. Y quién participe de las redes sociales debe estar preparado para ese diálogo. Y es en el diálogo dónde el político y el ciudadano ganamos. Debemos arriesgarnos a discrepar en el grupo de conversación y de aceptar la crítica o la pregunta incómoda. Los ciudadanos quieren opinar y sentirse partícipes y que esto sea así lo cambia todo. Hace poco leía en un tratado sobre Política 2.0 Se pueden ganar unas elecciones gracias a Internet, pero sólo con Internet no se pueden ganar unas elecciones. Y de forma aclaratoria yo añadiría: es poco probable que cambiemos el voto de un ciudadano convencido de su opción política, pero podremos ganar la simpatía y el voto de un indeciso que se aproxime a nosotros en la red y se sienta escuchado en el diálogo y satisfecho con la respuesta. Cuando la aproximación es sincera, amable, se ajusta al tema e incluso, tiene un toque de sentido del humor, provocaremos una sonrisa que se traduce en simpatía y quizás, en un posible voto. Pero las redes sociales no entienden de leyes, censuras y fronteras. Es aquí donde aparece lo que los expertos llaman ruido. El ruido aparece cuando desaparecen las relaciones personales basadas en el respeto. Las informaciones generales, los eslóganes aislados y las críticas contrarias en masa también provocan ruido, pero el ruido que a mí personalmente me resulta más hiriente es el provocado por fenómeno del trolling. El anonimato que existe tras una pantalla alienta a personas que no entienden de respeto a proferir insultos con total impunidad. Lamentablemente no es un fenómeno fácil de erradicar. Y existen en la hemeroteca casos de tanta gravedad que han tenido como consecuencia condenas de prisión. Los trolls existen y esto es una realidad y sólo ignorándolos podremos darles menos aliento. Son los graves efectos secundarios de esta nueva forma de comunicarse. Y lamentablemente perjudican la comunicación fluida en redes como Twitter y Facebook. Por suerte, la mayoría preferimos las relaciones basadas en el respeto y de la misma forma que no insultamos a un desconocido cuando paseamos por la calle, tampoco lo hacemos cuando nos lo encontramos participando en la red. Sin duda, canales como Facebook y Twitter nos ofrecen a los que nos dedicamos a la política nuevos y fantásticos medios de diálogo que, sin duda, enriquecerán a los partidos en los que militamos y, lo que es más importante, a la democracia en la que creemos.