Domingo, 24 de Noviembre 2024
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España UPEyDE Titulo: Pons llama idiotas a los votantes del PSOE y cree que los diputados deben ser embajadores provinciales. Texto: Los mítnes pre-electorales los carga el diablo cuando los que intervienen pertenecen a determinado tipo de políticos. Esteban González Pons es de los que parece incapaz de contenerse, y ha dicho este domingo que no hay nadie tan idiota que desee la continuidad del PSOE. El dirigente popular se hermana así con el ex-alcalde de Getafe, Pedro Castro, quien llamó tontos de los cojones a los votantes de la derecha. Estos insultos dan la medida del sentido del pluralismo que tienen algunos políticos, especialmente en los dos grandes partidos, así como el valor que dan al disenso y el respeto que tienen a sus responsabilidades como cargos electos. Pons se ha disculpado horas después en una línea muy frecuente también en nuestro país, que consiste en retirar lo dicho dejando muy claro que no era un insulto. Es decir, se disculpa sin tener de qué. Sin duda los medios de comunicación tratarán el exabrupto de Pons con profusión de espacio y titulares. Pero, con ser esto grave, no es lo peor que dijo en su intervención. Por desgracia, lo más preocupante de sus palabras pasará probablemente desapercibido. El Vicesecretario de Comunicación del PP ha dicho que cualquier diputado de su partido elegido en las circunscripciones de la Comunidad Valenciana no será un diputado del PP, será un diputado de todos los valencianos, incluidos los del PP. Antes había dicho que los candidatos son embajadores de Valencia y de la Comunidad Valenciana. Aunque resulta conmovedor el afán de Pons por aparecer como un representante de la ciudadanía más allá de colores políticos (especialmente cuando cree que los que voten al PSOE sólo pueden ser idiotas), resulta sin embargo alarmante (y revelador) que entienda el acta de diputado como las credenciales de un diplomático que defenderá los intereses de su país en algún foro internacional. Dicho de otro modo, en el PP se cree que al Congreso se va a representar los intereses de los territorios, y no los de los ciudadanos españoles en su conjunto. Es una especie de nacionalismo light que interpreta la política no como la construcción y gestión de un espacio común, de lo compartido, sino como la mediación de intereses enfrentados. Esta actitud se puede contraponer a la de Rosa Díez, que se presenta a sí misma como Diputada Nacional por Unión Progreso y Democracia, y que se ha pasado toda la legislatura recordando a sus señorías que ella (y de hecho el resto de la Cámara) representan a todos los españoles. Díez ha dicho recientemente en Canarias que nada que no sea bueno para España puede serlo para el archipiélago, lo que contrasta con las declaraciones de Pons diciendo que donde gana el PP, gana Valencia. Resulta poco tranquilizador observar cómo entienden el Parlamento en el partido que, según todas las encuestas, ganará las próximas elecciones. Y menos aún observar cómo entienden el Estado.