Domingo, 24 de Noviembre 2024
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España UPEyDE Titulo: El voto más valioso puede ser el más barato. Texto: Este ha sido el lema de campaña de Unión Progreso y Democracia durante la campaña electoral de las generales del pasado 20 de noviembre. El partido magenta quería así llamar la atención sobre la necesidad de sumar el mayor número posible de votos en toda España para contrarrestar los efectos perversos de la Ley Electoral, y al tiempo recordar el valor que en sí mismo tiene cada voto en democracia, especialmente cuando responde a las convicciones del ciudadano. Sin embargo, una cosa es lo que vale un voto y otra lo que cuesta. Unión Progreso y Democracia ha recibido 1.140.242 votos y ha invertido en campaña 1.535.000 euros, lo que significa que, en términos económicos cada voto le ha costado sólo 1,34 euros. Sería interesante saber si esta cantidad es mayor o menor que la equivalente para el resto de partidos, pero desgraciadamente resultan demasiado opacos como para poder hacer el cálculo. De hecho, los candidatos de PP y PSOE manifestaron no saber qué cantidad destinaba su partido a la campaña electoral. Por tanto, no es posible saber cuánto cuesta en realidad a los ciudadanos un proceso electoral. Sin embargo, ¿son los votos a UPyD caros o baratos? Un sufragio puede salir muy caro si el partido votado no cumple con sus compromisos, si hace lo contrario de lo que prometió o si no trabaja lo suficiente. UPyD comparó el número de iniciativas parlamentarias puestas en marcha por su única diputada, Rosa Díez, con la cifra equivalente en los dos partidos mayoritarios. La Portavoz del partido magenta llevó 163 iniciativas al Congreso por sólo 3 y 8 de cada diputado de PSOE y PP respectivamente. Lo que a UPyD le sale carísimo son los escaños. La Ley Electoral hace que haya necesitado 228.000 votos para lograr cada uno de los cinco escaños que obtuvo el 20N, lo que contrasta con los partidos mayoritarios y con los nacionalistas. Estos días se ha convertido en un lugar común denunciar que la LOREG castiga a los partidos minoritarios de ámbito nacional. En cualquier caso, el valor de los votos sólo debería medirse en función de la utilidad que los partidos políticos aporten a la ciudadanía. Los partidos no son fines en sí mismos, sino herramientas cuya función es contribuir al progreso político, social, económico y moral de una sociedad. El voto al partido que es capaz de proponer y contribuir a que se lleven a cabo las reformas necesarias para lograr este objetivo, es sin duda el más valioso.