Domingo, 24 de Noviembre 2024
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Asturias Partido Socialista Titulo: Asturias necesita un gobierno estable. O Cascos pacta y gobierna, o que disuelva y convoque elecciones. Texto: El pasado 20 el Partido ha cosechado una derrota sin paliativos, probablemente las más dolorosa en todas las contiendas electorales en democracia. (…). La derecha ha conseguido un enorme poder en España, ya lo tenía, porque su poder tiene tiene raíces más profundas y estructuras más duraderas que las de los gobiernos que entran y salen al ritmo de las elecciones democráticas. (…) Ahora acumula además gran poder político, lo que le convierte en un partido hegemónico. No sólo es un peligro para el estado del bienestar, sino también puede ser un riesgo para salud democrática. La crisis influyó más que la propia gestión de la crisis, independientemente de las equivocaciones que hayamos cometido. El gran desafío y la gran excusa para abordar las reformas que a partir de ahora vamos a ver. (…). Ni en lo económico ni en lo político hay soluciones fáciles, brillantes y gratuitas. Nosotros vamos a atravesar un purgatorio político, pero ese tránsito del desierto puede ser mucho más corto de lo que plantean algunos, si la crisis persiste, y desgraciadamente para España es seguro, y si nosotros hacemos bien lo que tenemos que hacer, que es es incierto. Tenemos que responder qué dirección vamos a tener y qué oposición vamos a hacer, es en lo que estamos pensando todos y también la derecha, porque son conscientes de que el poder político se va a erosionar en el momento que dejen de volar en círculo sobre los problemas y se centren en ellos. Lo que están haciendo ya es darnos un tratamiento de choque mediático, y ya importan menos los ministrables, la crisis del euro y la prima de riesgo que trasladar la idea que esta organización es una maquinaria dominada por una oligarquía que está guiada por sus propios intereses y fines. (…). El día 20 nos quebraron por fuera, y ahora van a intentar quebrarnos por dentro, y la respuesta que tenemos que dar es la de un partido transparente, democrático y unitario. Vamos a elegir una dirección, y los militantes de la organización pueden postularse. Aquí no hay castas y minorías acostumbradas a mandar sobre mayorías acostumbrados a obedecer, y los militantes del Partido no son soldados y esto no es un regimiento. Los dirigentes ni podemos ni queremos hacerlo dirigir a los delegados en una u otra dirección. Aquí no hay jerarquías ni dirigentes. Aquí hay hombres y mujeres socialistas con una papeleta en la mano que vale lo mismo. Futuro del PSOE Estas siglas, las del PSOE, asociadas a su pasado y a su historia, son un instrumento poderosísimo, simbólico, que tenemos que preservar porque tienen que seguir compitiendo en un futuro más allá de nuestro horizonte político y vital, es la responsabilidad que tenemos que asumir. Y luego debatir de ideas, discutir. Pero sobre todo que sean buenas ideas, porque las hay que no lo son. Las hay que se utilizan menos como instrumentos que como armas arrojadizas. A mí no me parece una buena idea eso que escucho de que tiene que ser un debate intergenaracional, que hay que mirar el carnet, que hay que personalizar la responsabilidad mientras simplificamos la realidad, o las que olvidan que vamos a elegir un secretario general de la organización y no un candidato y que plantea que sean los de fuera los que lo hagan. ¿Cómo los de fuera van a elegir a los que van a gobernar a los de dentro? Es verdad que hay una crisis de la socialdemocracia, de las seguridades colectivas, pero no pretenderemos en dos meses resolver ese problema. (…). Tenemos que recuperar la idea de la política, y la prevalencia de la política, y reconocer nuestras equivocaciones. El mundo ahora es más complejo, y hay nuevos conocimientos y nuevas ignorancias, y hemos caído en la trampa de intentar explicarlo con simplificaciones y con consignas, y hay que explicarlo con ideas y pensamientos, hablando largo y tendido con la gente. ¿Quién se va a hacer cargo de esa responsabilidad, de explicar la complejidad de lo que vivimos? Nosotros, porque la tentación simplificadora es la de la derecha, que es antipolítica. Y estamos viviendo también la vuelta de la utopía tecnocrática, que los técnicos son los que van a decidir. Son necesarios, claro, hay que escuchar a los expertos, sí. Pero la política es autónoma, y empieza cuando los expertos han dado su opinión y todavía no se sabe lo que hay que hacer. Discurso alternativo sobre Europa Hay que tejer alianzas para hacer discurso alternativo de Europa, alternativo a la Europa asfixiada, paralizada y derechizada que nos proponen, y convencerse que sin Europa no hay nada que hacer, que los problemas pueden tener dimensión nacional, pero las soluciones son supranacionales. (…). Somos el único partido realmente europeísta que hay en España. Labor de oposición La oposición que tenemos que hacer, ¿podemos hacerla como la hace el PP, que piensa que se aglutina más a la gente por la indignación y no por la esperanza? Pues no. ¿O podemos concebir esa idea de que en las situaciones críticas la gente siempre atiende a aquellos que describen con más crudeza lo peor? A lo que quieren llevarnos es a una oposición de consenso, de acuerdo, de pacto. Tenemos que decir no. Haremos oposición sensata y dura, porque si no nos llevarán a un consenso en el que seremos indistinguibles y representaremos el mismo vacío. La pregunta esencial que tenemos que hacer es qué queremos ser en la oposición, una referencia ética y crítica en un parlamento, o de verdad queremos volver a gobernar, porque si lo queremos hacer tenemos que tener credibilidad económica, para tener credibilidad social, gubernamental y electoral. (…). Tenemos que ubicarnos entre los que dan esperanza sin realidad, o los que sólo dan realidad sin esperanza, teniendo claro que para nosotros el mercado es un instrumento, no una realidad antisocial, un instrumento al que hay que regular para que no enseñe su lado oscuro. No vamos a competir, ni lo hemos hecho ni lo vamos a hacer en un contexto de crisis, con grandes utopías, sino con utopías modestas, con una idea de la realidad que sea mejor que la de nuestros oponentes. Asturias La situación en Asturias es la misma que en España en relación a la crisis, pero más compleja. Aquí tenemos un presidente que llegó aprovechando la desafección hacia la política y que de manera inverosímil fue capaz de construirse un perfil no político. (…). Se presentó como defensor de una tierra, un país olvidado, como los nacionalistas hablan de un país agredido. El victimismo forma parte siempre de la mitología de los nacionalismos étnicos y regionalismos esencialistas como el que tenemos aquí. Es mucho más cómodo jugar con las emociones del pasado que meterse a las tribulaciones del presente o anticipar las incertidumbres del futuro. Se nos planteaba que había un adversario, el Gobierno de España y sus cómplices, hacía un discurso anticentralista, contra los que son Madrid, los encargados de la gestión. Era una bicoca, porque él se encargaba de reivindicar y al Gobierno de España le correspondía gestionar. Y para que ese discurso tuviera fuerza necesitaba una palanca en Madrid, un grupo parlamentario. Pero ahora no tiene grupo ni influencia. Ahora ya no lo van a juzgar por su asturianía, lo van a juzgar por su gestión, y no hay gestión. Ni ese partido, ni ese ejecutivo ni ese presidente saben gestionar. Saben empujar. Y empujan siempre en la dirección equivocada, la de romper. La Caja, la RTPA, el Niemeyer, ahora los Consorcios… no respetan nada. Nunca en tan poco tiempo, tan pocos destruyeron tanto en Asturias. Ante una situación así, en la que hay que gestionar, gobernar, y en la que tenemos un presidente que piensa más con las tripas que con la cabeza, seremos nosotros los que tendremos que decirle que gobierne, y que como está en minoría, que pacte. Y como está en minoría, si le piden una humillación, hágala. (…). Asturias necesita estabilidad, y tienen que llegar a acuerdos, y tienen un proyecto parecido. Y si no se lo inventan, porque ustedes y el PP sólo les hace falta una carretera y un poco de hormigón para tener un proyecto. Pónganse de acuerdo. Asturias necesita un gobierno estable. O pacta y gobierna, o disuelva y convoque.