Sabado, 23 de Noviembre 2024
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Canarias Partido Popular Titulo: UE: Nueva Hoja de Ruta. Texto: Hoy ha tenido lugar un importante encuentro entre Francia y Alemania para sentar las bases de la futura UE. Merkel y Sarkozy apuestan por un nuevo Tratado... aunque no incluya a todos los países miembros. Ciertamente es un cambio cualitativo importante, pero quizás necesario visto lo visto. Lo que los hechos han demostrado es que, cuando hay unas reglas comunes no se puede ir por libre. Y si lo que se desea es esto último, entonces ha de saberse que hay consecuencias. Esto es lo que en el día de hoy han dejado claro Merkel y Sarkozy. Los dos líderes europeos apuestan por reformar los tratados de la UE con estrictos controles contra el déficit estableciendo duras sanciones automáticas contra los países que no cumplan. Se terminó la fiesta de la periferia a cuenta del presupuesto del centro. Berlín y Paris apuestan por un nuevo Tratado de la Unión Europea, aunque no incluya a todos los socios y el plazo que manejan para el nuevo texto sería marzo de 2012. Ambos países han acordado además imponer fuertes sanciones automáticas a los países que no cumplan con el objetivo de déficit público. Fin de la fiesta, pero ahora de verdad. Se trata de evitar que la situación de caos económico y social que ha vivido Grecia en los últimos meses vuelva a repetirse. Ha de quedar en los anales de la historia de Europa como un caso especial que no volverá a repetirse. Y, o se aprende la lección o Europa estará condenada a repetirla. La idea es que en la cumbre del nueve y diez, esta semana, se disponga de un documento con una propuesta concreta para debatir en el Consejo Europeo sobre una base realista. No podemos reconstruir Europa engañándonos a nosotros mismos y sobre la base de promesas falsas. Es cierto que a lo largo de los últimos meses se han sucedido innumerables reuniones bilaterales e importantes cumbres europeas. Pero todas han supuesto un nuevo tiro de balón. Ahora, en cambio, y a la luz de los últimos acontecimientos, Europa entra en su semana decisiva. La tardanza en resolver el rescate de Grecia lleva meses pesando sobre los mercados y ha puesto al euro y los países periféricos en una situación dramática. Previamente a la Cumbre, el miércoles 7, los principales dirigentes europeos se verán durante el congreso del Partido Popular Europeo, que convoca al 80% de los líderes de la UE. Ahí estará también el presidente electo del Gobierno de España, Mariano Rajoy, que tendrá en esta reunión su primera presentación internacional tras ganar las elecciones, después eso sí, de haber mantenido diversas conversaciones telefónicas a lo largo de estos días. Es cierto que a día de hoy ni siquiera está cerrado un acuerdo de letra chica entre Paris y Berlín. De hecho, Merkel preferiría una reforma de los tratados que vinculara a los 27 países, pero eso sería muy arriesgado. El veto de cualquiera seria letal para el proceso y ya nada digamos si encima hay referendos, incluso hasta en Francia podría perderse, como pasó ya en 2005 cuando rechazaron en las urnas la Constitución Europea. Los franceses, según dijo Sarkozy hace pocos días en Tolón, no solo no se oponen a un nuevo tratado, sino que además tienen más prisa que Berlín porque pagan su deuda mucho más cara y las agencias de calificación llevan ya un tiempo amenazando su triple A, factor crucial para las presidenciales del año que viene. Por todo ello la preferencia del líder del Presidente galo apunta más bien en la dirección de un acuerdo a 17, que pueda ser ratificado con premura y sin necesidad de unanimidad por los parlamentos nacionales. Donde sí hay diferencias considerables es en cuanto al BCE. Tan profundas que se ha optado por aparcar el debate por una razón obvia: Merkel se niega a retocar los tratados para convertir al banco, que financia sobre todo Berlín, en prestamista de última instancia, como, en cambio, quiere París. Tampoco hay acuerdo en lo que respecta a eurobonos, que Francia querría instituir enseguida y que Berlín rechaza, aunque algunas voces del Gobierno alemán abogan por utilizarlos con muchos matices. Lo que parece claro, en todo caso, es que el pacto de estabilidad será reforzado y ajustado a la actual situación de recesión de la eurozona, con sanciones más severas, más efectivas y más rápidas. Alemania quiere que sea el Tribunal de Justicia europeo quien castigue a los incumplidores, pero París no da su brazo a torcer: desea que sean los políticos quienes decidan, y no los jueces, aunque admite que la Comisión juegue un papel y asume que es necesario incorporar la regla de oro antidéficit en la Constitución, como han hecho Alemania y España. En este apartado, algunas declaraciones oficiales, permiten adivinar que el nuevo objetivo de los 17 será alcanzar el déficit cero en 2016. Sobre el fondo de rescate europeo, Francia quiere que se convierta en un Fondo Monetario Europeo regido por mayoría cualificada, para evitar así que países pequeños puedan bloquear el salvamento de otros, como estuvo a punto de pasar cuando Eslovaquia paró la ayuda a Grecia. Todo lo cual pilla a España con la más elevada tasa de paro en la UE y con un gobierno en funciones hasta la investidura de Rajoy. Pero si algo tiene claro el próximo inquilino de la Moncloa es que España va a estar en la primera división europea, que España va a cumplir y por tanto se puede y se debe contar con España en el nuevo Tratado desde el minuto uno. A tal fin, El presidente del Gobierno electo se reunirá con Merkel y Sarkozy el próximo jueves en Marsella. España debe estar desde un principio en ese nuevo tratado de armonización fiscal y presupuestaria. Somos una nación seria y lo vamos a demostrar, puertas adentro y puertas afuera.