Domingo, 24 de Noviembre 2024
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Internacional AMNISTIA INTERNACIONAL Titulo: Rusia no debe bloquear los esfuerzos para poner fin a las atrocidades en Siria. Texto: Rusia no debe bloquear los esfuerzos internacionales por abordar la violencia y las violaciones de derechos humanos que están teniendo lugar en Siria. Así lo ha manifestado Amnistía Internacional hoy, en plenas negociaciones para lograr una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU sobre Siria. Las autoridades rusas han amenazado con vetar la resolución si se somete a votación. Rusia fue uno de los miembros del Consejo de Seguridad que bloquearon una resolución previa sobre Siria el 4 de octubre de 2011. Según los informes recibidos por Amnistía Internacional, más de 2.600 personas han muerto violentamente en el país desde entonces. La amenaza de Rusia de abortar por segunda vez una resolución vinculante del Consejo de Seguridad sobre Siria es absolutamente irresponsable. Rusia tiene una importante responsabilidad por permitir que la brutal represión de la disidencia legítima en Siria continúe sin control, ha manifestado José Luis Díaz, representante de Amnistía Internacional ante la ONU en Nueva York. Rusia debe trabajar con los demás miembros del Consejo de Seguridad para aprobar una resolución enérgica y legalmente vinculante que ayude a poner fin de una vez por todas al derramamiento de sangre y a las violaciones de derechos humanos en Siria. Como el principal suministrador extranjero de armas del gobierno sirio, Rusia, según los informes, ha seguido enviando armas al país durante las últimas semanas, incluso mientras los observadores de la Liga Árabe informaban sobre las constantes violaciones de derechos humanos cometidas por las fuerzas de seguridad sirias. Amnistía Internacional ha pedido que la resolución del Consejo de Seguridad remita el deterioro de la situación en Siria al fiscal de la Corte Penal Internacional (CPI), imponga un embargo de armas a Siria y congele los activos en el extranjero del presidente Bachar el Asad y otros altos cargos. El nuevo borrador de resolución se basa principalmente en una resolución adoptada por la Liga Árabe el 22 de enero, tras la presentación del informe de la misión de observadores enviada a Siria en diciembre de 2011. El texto de la Liga Árabe pedía, entre otras cosas, que las autoridades sirias y la oposición entablaran un diálogo político serio en el plazo de dos semanas sobre cuestiones tales como la formación de un gobierno de unidad nacional, la restauración de la seguridad y la reorganización de la policía. También pedía que el gobierno de unidad nacional estableciera una comisión independiente encargada de investigar las violaciones de derechos humanos cometidas contra la población siria y garantizara que los responsables comparecen ante la justicia. Las autoridades sirias han rechazado esa propuesta. Aunque el último borrador de resolución del Consejo de Seguridad de la ONU es un paso en la dirección correcta, no pide la congelación de los bienes, la remisión de la situación de Siria a la CPI ni un embargo general de armas. Amnistía Internacional ha concluido que en Siria se están cometiendo crímenes de lesa humanidad, la misma conclusión a la que también llegó hace meses una comisión internacional e independiente de investigación nombrada por la ONU. El borrador de resolución no refleja el llamamiento explícito de dicha comisión de que se investigue de manera independiente e imparcial a todos los presuntos responsables de tan graves crímenes. Resulta alentador que el Consejo de Seguridad de la ONU esté finalmente dispuesto a emprender acciones para abordar la crisis de Siria. Pero el borrador no aborda todos los requisitos, ha manifestado José Luis Díaz. Tras más de 10 meses de una campaña gubernamental de homicidios, detenciones arbitrarias, tortura y desapariciones forzadas, los esfuerzos del Consejo de Seguridad por poner fin a la crisis deben contar, como elemento central, con mecanismos claros de rendición de cuentas. El Consejo de Seguridad debe ahora remitir la situación, cada vez más deteriorada, de Siria al fiscal de la Corte Penal Internacional, congelar los bienes en el extranjero del presidente Bachar el Asad y sus principales asociados, e imponer un embargo de armas. Amnistía Internacional pide también que se permita a los observadores internacionales de los derechos humanos –incluidos los de organizaciones de derechos humanos como la propia Amnistía Internacional– acceso completo y sin restricciones a Siria para informar sobre crímenes de lesa humanidad y otros abusos contra los derechos humanos, sean quienes sean los responsables.