España Partido Socialista Titulo: Los ojos claros del bombero. Texto: Pelo oscuro y ojos claros-claros como sólo tienen los gallegos; guapo, fuerte y tan joven! Tenía aspecto de agotado y una expresión de infinita tristeza, como los niños antes de romper a llorar. Aquél hombre joven había estado toda la noche trabajando en el infierno. Sentado en el escalón de metal del coche de bomberos, al lado de otros compañeros, todos permanecían en silencio. Me acerqué extendiéndole la mano -aunque hubiera querido abrazarle- y él se levantó, entre tímido y caballeroso. Cuando le pregunté, me dijo: todavía queda mucho trabajo! En sus ojos claros, sobre el rostro ennegrecido por el hollín o el humo, podía adivinarse todo el horror vivido: los muertos, los gritos, los hierros retorcidos, los trozos de tren que, como cuchillas, habían mutilado tantos cuerpos, los cuerpos infantiles, el olor a quemado y las lágrimas. El joven bombero había conocido, en esa terrible noche, todo el espanto que uno pueda llegar a imaginarse. Alrededor del dantesco escenario del accidente, se agolpaba mucha gente. Ninguno hablaba. Todo Santiago, toda Galicia, permanecía en silencio. Pero el que pudo, esa noche, se acercó a ayudar. Como en la tragedia del Prestige, Galicia volvió a dar una lección de solidaridad y de dignidad a toda España. El joven héroe con su casco torcido y sucio, también era la imagen de la dignidad. El bombero de ojos claros -como sólo los tienen los gallegos-, salvó esa noche muchas vidas, todas las que le dio tiempo q salvar, exponiendo la suya. No lo olvidará jamás. Yo tampoco.
