Domingo, 24 de Noviembre 2024
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Europa AMNISTIA INTERNACIONAL Titulo: Debe combatirse la violencia homófoba en Europa. Texto: La Unión Europea y sus Estados miembros no están haciendo frente a los crímenes de odio homófobos y tránsfobos ni protegen a todas las personas de la discriminación, el acoso y la violencia, afirma Amnistía Internacional en un informe hecho público hoy. La violencia motivada por el odio tiene un efecto especialmente dañino y a largo plazo en las víctimas. Aun así, la Unión Europea y muchos de sus miembros no reconocen como crímenes de odio en su legislación los crímenes basados en la orientación sexual o identidad de género percibidas. Esto es inaceptable, porque la orientación sexual y la identidad de género son causas de discriminación prohibidas en el derecho internacional de los derechos humanos, dice Marco Perolini, experto en discriminación en Europa y Asia Central de Amnistía Internacional. El informe de Amnistía Internacional titulado Por Ser Quién soy. Homofobia, transfobia y crímenes de odio en Europa pone de relieve las lagunas en la legislación de muchos países europeos donde la orientación sexual y la identidad de género no están incluidas expresamente como causas por las que pueden perpetrarse crímenes de odio. El informe señala también que las normas vigentes de la UE sobre los crímenes de odio son insuficientes para abordar la violencia homófoba y tránsfoba. El motivo de la discriminación es lo que diferencia los crímenes de odio de otros actos delictivos. Es crucial que al investigar y enjuiciar actos delictivos basados en la orientación sexual o la identidad de género, reales o percibidas, de las víctimas, la policía y las autoridades judiciales hagan todo lo posible para descubrir el motivo que se oculta tras ellos. Según una encuesta reciente realizada en la Unión Europea, el 80 por ciento de la violencia homófoba y tránsfoba no se denuncia a la policía, a menudo por miedo a la homofobia y la transfobia institucionalizadas. En otros casos, las personas homosexuales no denuncian las agresiones que sufren porque no son abiertamente homosexuales y temen que sus compañeros y familias lo descubran. Países como Bulgaria, la República Checa, Alemania, Italia y Letonia carecen de disposiciones exhaustivas sobre los crímenes de odio, pues éstos no abarcan los delitos que se cometen contra las personas debido a su orientación sexual o su identidad de género, reales o percibidas. En otros países, como Croacia y Grecia, la legislación sobre crímenes de odio tránsfobos y homófobos no se aplica adecuadamente, lo que hace que en ocasiones la policía no tome nota del motivo homófobo o tránsfobo o que no lo investigue del todo. En febrero de 2012, varias personas dieron una paliza a Michelle, una joven transexual, en Catania (Italia), por su identidad de género. Los agresores le gritaron expresiones despectivas mientras la pegaban, como ¡Asqueroso! ¡Eres un hombre, un maricón!. Michelle denunció la agresión a la policía y uno de los presuntos autores ha sido identificado. Sin embargo, el motivo tránsfobo no se tendrá expresamente en cuenta en el enjuiciamiento ni en la determinación de la condena debido a las lagunas de la legislación italiana. Michelle se queja: Querían matarme sólo por ser quien soy, porque tengo una cara un poco demasiado masculina y porque se dieron cuenta de que era una trans por mi voz. El 30 de septiembre de 2008, Mihail Stoyanov, estudiante de Medicina, fue asesinado en Sofía porque lo percibieron como gay. Pese a que ya han transcurrido casi cinco años desde el asesinato, el juicio contra los dos presuntos autores no ha empezado aún. Aunque el motivo homófobo quedó establecido durante la investigación, no se tendrá en cuenta expresamente en el juicio. El retraso en hacer que los perpetradores rindan cuentas ante la justicia está teniendo un impacto terrible en Hristina, la madre de Mihail, a quien las autoridades no han prestado ayuda psicológica ni de ningún otro tipo. La UE y sus Estados miembros no pueden cumplir su obligación de luchar contra la discriminación sin adoptar medidas adecuadas contra todas las formas de violencia motivadas por el odio. La doble moral existente transmite la idea de que algunas formas de violencia merecen menos atención y protección que otras. Esto es inaceptable para una Unión Europea que se enorgullece de promover la igualdad y la inclusión, concluyó Marco Perolini.