Domingo, 24 de Noviembre 2024
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España SINDICATOS Titulo: Comisiones obreras exige medidas que permitan frenar la destrucción de empleo, así como ampliar la protección a quienes carecen de ingresos. Texto: El número de parados en el tercer trimestre del año se sitúa en 4.978.300 personas, lo que supone 144.700 nuevos desempleados. Con estos datos la tasa de desempleo se sitúa en el 21,52%, la más alta desde 1996. Es un trimestre en el que en los dos años anteriores se habían reducido las cifras de paro como consecuencia de una mayor actividad económica de naturaleza estacional. Sin embargo este año, aún con un incremento (8 %) de las actividades relacionadas con el sector turístico, la destrucción de empleo en otros sectores (agricultura, construcción, servicios), y la menor contratación, ha dado al traste con la tendencia de una cierta recuperación del empleo en este trimestre. La única evaluación que cabe hacer es negativa, señala la Secretaría Confederal de Empleo de Comisiones obreras. El desempleo crece tanto entre los hombres como entre las mujeres, pero son éstas últimas las que crecen en mayor medida, 78.800 nuevas desempleadas (3,54%), frente a 65.800 hombres más en desempleo (2,52%). Con estas cifras el 22,10% de las mujeres activas y el 21,04% de los hombres están buscando empleo. En términos interanuales ocurre lo mismo, pero los incrementos son mayores: 209.800 mujeres más (10,02%) y 193.800 hombres (7,81%) parados más. El 21,6% de los nuevos desempleados son menores de 25 años y su tasa de paro se sitúa en el 45,84 %, principalmente por el incremento del número de jóvenes entre la población activa. El desempleo crece en agricultura (3,02%), construcción (6,06%) y servicios (3,21%), mientras que en industria disminuye el número de desempleados (9,7%), no por la creación de empleo en el sector sino a la incorporación de estos trabajadores a otros sectores. El 9,2% de los parados buscan su primer empleo. Al mal dato del desempleo hay que añadir la situación de muchos de estos parados, ya que el 42,5% de las personas desempleadas perdieron su empleo hace más de un año, con las consecuencias que el paro de larga duración tiene para las personas que lo sufren: finalización o reducción de prestaciones por desempleo, desmotivación, problemas familiares…. El número de hogares con todos sus miembros activos en desempleo es de 1.425.000, con un aumento de 57.700 respecto al segundo trimestre del año y de 132.900 respecto a 2010. El 99% del empleo destruido estaba ocupado por trabajadores y trabajadoras asalariados. Las medidas para reducir la temporalidad continúan siendo absolutamente ineficaces según muestran los datos del tercer trimestre de 2011, ya que hay 47.600 asalariados más con contratos temporales y 160.600 menos con contratos indefinidos. La tasa de temporalidad aumenta 0,5 puntos porcentuales con respecto al trimestre anterior, pasando del 25,5% al 26,02%. La reforma laboral y resto de medidas laborales adoptadas que han ahondado en la desregulación del empleo, han sido y serán un fracaso sin paliativos para corregir la grave situación en la que nos encontramos y aquellos que reclaman profundizar en esta dirección proponiendo más reformas de carácter laboral vuelven a equivocarse. El empecinamiento en insistir en estas orientaciones solo puede obedecer a planteamientos ideológicos, que nos alejan de la tan necearía recuperación. El drama del desempleo al que asistimos es consecuencia de las deficiencias de nuestra estructura económica y productiva. Actuar, sobre la desregulación del empleo y sus garantías, los recortes en servicios públicos esenciales (educación, sanidad, dependencia….) etc., avalados por la reducción del déficit en unos plazos inadmisibles, implicará más paro y menor cohesión social. Los países con una fiscalidad más elevada y con mayor presencia del sector público en el peso de sus economías, han sido los que mejor han resistido a la crisis y por tanto al mantenimiento del empleo. Las políticas impulsadas por la UE y seguidas dócilmente por el Gobierno de España, se han mostrado ineficaces para remontar la crisis. Reiteramos que la raíz de la crisis no es de carácter laboral y por tanto su salida tampoco, sin embargo se insiste una y otra vez, en establecer recortes que afectan a los trabajadores y las trabajadoras pero que no generan actividad económica, subraya Comisiones obreras. Hay que adoptar medidas diferentes. Medidas que exigen reorientar las prioridades en materia de política económica y social, que favorezcan el imprescindible cambio de patrón de crecimiento y el transito hacia un nuevo modelo productivo, que frenen la destrucción de empleo y generen empleo nuevo, así como ampliar la cobertura a quienes carecen de protección. Desde Comisiones obreras proponemos que se actúe sobre las rentas, el control de precios, la vivienda, la fiscalidad, el crédito y sobre el empleo juvenil. Medidas que deben construirse desde el diálogo y la concertación social, con la participación de los sindicatos y empresarios y desde la acción política, y que nos lleven a superar las graves deficiencias de la economía española para crear empleo y que no hagan recaer los esfuerzos exclusivamente en los trabajadores y trabajadoras.