Domingo, 24 de Noviembre 2024
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España UPEyDE Titulo: El voto a UPyD es joven y transversal. Texto: El descalabro electoral del PSOE ha llevado a algunos comentaristas a conjeturar (a veces interesadamente) que UPyD ha recibido votos de izquierdas. Aparte de la falacia de clasificar a los ciudadanos en compartimentos estancos identificados con presuntas corrientes históricas irreconciliables, es interesante destacar el origen diverso de los votos que el pasado 20 de noviembre recibió UPyD, que viene a desmentir dichas conjeturas. Lo cierto es que sus 834.000 nuevos votantes habían elegido en 2008 opciones muy diferentes. Según un estudio de Sigma Dos publicado por el diario El Mundo, UPyD ha recibido el apoyo de 362.000 ciudadanos que en 2008 votaron al PSOE. Pero también votaron al partido magenta 257.000 antiguos votantes del Partido Popular, así como 65.000 de Izquierda Unida y 44.000 abstencionistas. También llegaron 37.000 votos de ciudadanos que en la última cita electoral votaron a otros partidos. Estas cifras vienen a confirmar el carácter transversal de UPyD, que en realidad es el carácter transversal de sus votantes, ciudadanos que ya no se sienten atados a un partido concreto ni se sienten obligados a votar a una opción para que no salga la otra. Pero además de recibir apoyos de ciudadanos que antes votaron a otros partidos, UPyD es la opción elegida por el 14% de los nuevos votantes, jóvenes que se incorporan al censo electoral al entrar en la mayoría de edad. 157.000 de ellos se decantaron por la formación magenta, por lo que en este tipo de votantes las diferencias con el PP (29%) y PSOE (27%) se estrechan. Parece claro que UPyD tiene un atractivo especial para los jóvenes, que en general se incorporan al ejercicio de la política con menos prejuicios que sus mayores. Para dar el paso de votar a un partido nuevo y minoritario que se dice transversal, primero hay que despojarse de ideas preconcebidas y vencer el miedo a que salga el otro. También es necesario tener en gran estima el derecho al sufragio, y entender que su valor es independiente de la obtención o no de un escaño. Por eso suele ser un voto optimista y positivo, de alguien que cree que se pueden cambiar las cosas. También va a ser un voto exigente, ya que el votante no va a conformarse con evitar que otros lleguen al poder, sino que va demandar el cumplimiento del programa y la coherencia con los principios que lo sostienen.