Domingo, 24 de Noviembre 2024
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Pais Vasco PNV Titulo: Notas sobre la evolución del gasto en I+D+i. Texto: Hace un mes, el Instituto Vasco de Estadística -Eustat- hacía pública la información correspondiente a las actividades de investigación y desarrollo tecnológico que se han llevado a cabo en Euskadi durante el año 2010. Según la información publicada por este organismo, el gasto efectuado por este concepto en Euskadi, ascendió, el año pasado, a 1.360,3 millones de euros; lo que supone un incremento del 6,2% con respecto al año precedente. Pero el dato más reseñable de entre los publicados por el Eustat es, probablemente, el que sigue: puesto en relación con el PIB de la Comunidad Autónoma, el gasto en investigación e innovación se sitúa en el 2,08%, superando, por primera vez, el umbral del 2%; el año anterior se situó en 1,99%. Lejos, todavía, del 3% que han superado ya, algunos de los países más comprometidos con el conocimiento y la tecnología. Unos días después, el Instituto Nacional de Estadística daba a conocer los datos correspondientes al Estado español. En 2010, el gasto español en I+D+i se situó en el 1,39% del PIB; el mismo nivel que en 2009, al recalcular -según señala la nota- ambos PIB en la nueva base 2008″. Y como cabe suponer, las comunidades que más esfuerzo han desarrollado en el ámbito de la investigación son -además de Madrid, sede del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y de otras entidades y corporaciones empresariales de contenido investigador, que siguen la estela de la capitalidad- las dos vascas y la catalana. La diferencia entre Euskadi y España es importante. Y adquiere especial relieve si se tiene en cuenta, además, el peso relativo que tiene en el País Vasco la investigación desarrollada directamente por las empresas: nada menos que el 77,1%, frente al 51,5% de España. Al analizar estas cifras no he podido resistirme a reflexionar sobre el impacto que ha podido producir en la -más favorable, aunque siempre mejorable- estadística vasca, el trabajo que el Grupo Parlamentario vasco llevó a cabo en Madrid durante la última legislatura. La transferencia de I+D+i, valorada en 86,8 millones de euros que, desde 2009, se deducen del Cupo año tras año para financiar proyectos de investigación en Euskadi, supuso una inyección de recursos que, sin duda alguna, contribuye a explicar las cifras que acabo de comentar. Baste observar que, entre 2008 y 2010, el incremento total que experimento en Euskadi el gasto en I+D+i ascendió, según el Eustat, en 97 millones de euros. Es decir, 10,2 millones más que lo que supuso la transferencia. Sin olvidar, por supuesto, las decenas de partidas nominativas -por un valor global superior a los 200 millones de euros- que durante el último quinquenio hemos incorporado a los Presupuestos Generales del Estado para financiar instalaciones de investigación y proyectos concretos realizados en Euskadi. Algo hemos contribuido, sin duda, a que los resultados sean los que son. Pero el horizonte del 3%, que es el hacia el que hemos de mirar, queda aún muy lejos. Manos a la obra.