España SINDICATOS Titulo: El gobierno de las contradicciones . Texto: Cada día que transcurre parece más claro que el gobierno salido de las urnas el pasado 20N interpretó su victoria como una patente de corso que les iba a permitir entrar en la gestión como un elefante en una cacharrería. Todavía resuena en mis oídos la valoración de Soraya Sáenz de Santamaría en su primera rueda de prensa el 30 de diciembre: Esto es solo el inicio del inicio. Un sonsonete que debió elegir por lo que tienen de memorizable y también porque no se debió atrever a decir directamente os vais a enterarque es lo que, a juzgar por su expresión, parecía estar pensando. No obtuvieron una patente de corso el 20N. Obtuvieron un mandato de las urnas para gestionar una complicada coyuntura en la que tan imprescindible y urgente era calmar la ansiedad y detener el apremio de los de fuera (FMI, BCE, Alemania, la CE...) como transmitir tranquilidad a los ciudadanos cuyo destino empezaba esos días a estar en sus manos para los próximos cuatro años. El destino de todos: de quienes los votaron y de quienes no lo hicieron. Han sido drásticos y han tomado decisiones drásticas y polémicas. Han conseguido frenar los primeros embates de esa Europa que lleva ya demasiado tiempo echándonos el aliento en el cogote. Pero se han equivocado en el ritmo, en el modo, en los destinatarios de las medidas y en el orden de prioridades. Y sobre todo han convertido el ejercicio de gobernar en una colección de permanentes contradicciones. Si decides ser duro, todo el mundo puede llegar a entender que lo seas. Mejor o peor, pero si lo eres con todas las partes por igual y no haces excepciones, la cosa es igual de difícil de digerir pero aparece como algo más inevitable. Lo que no vale es ser inflexible con los débiles pero no atreverse a serlo con los fuertes. Y el grueso de las medidas que están tomando repercute directamente en la gente de a pie: en los trabajadores que ven mermar, y en algunos casos desaparecer, la mayor parte por no decir todos, sus derechos. En las clases medias repercute porque es sobre la que recae el mayor aumento de impuestos. Así que el ciudadano medio, el que los votó y el que no, cuando hace cuentas y comprueba que cada vez tiene menos, constata a su vez cómo el gobierno del inicio del inicio no es capaz de meterle mano, por ejemplo, a los bancos. Quienes votaron al PP y quienes no escuchan cómo las entidades financieras reciben dinero al uno por ciento y lo prestan al catorce. Comprueban cómo no se les ha metido mano fiscal a las grandes fortunas, ni a los grandes beneficios de las empresas... Ven cómo el fraude a Hacienda se practica a diario por parte de empresarios que incluyen sin ningún pudor sus gastos personales -las obras de su casa o las reparaciones de su coche- como gastos de empresa hasta reducir tanto sus beneficios que acaban declarando menos ingresos netos que los propios empleados a los que les pagan un salario. Es decir, actúan como delincuentes porque roban nivel y calidad de vida a los trabajadores a través de los impuestos. En menos de tres meses el gobierno chapotea ya en medio de todas estas contradicciones. Rajoy y Guindos sacando pecho en reuniones europeas jactándose de su arrojo para hacer lo que hay que hacer. Pero el tiempo se está encargando ya de poner las cosas en su sitio y nos demuestra hasta qué punto practican una gestión errática a base de palos de ciego. Llevamos tiempo diciéndolo pero no nos quieren escuchar. El ajuste puede ser inevitable. Pero se puede hacer más lento y de manera más eficaz. Y la política de crecimiento tiene que ser una prioridad para no acabar convertidos en un país cero como decía Pepe Griñán el otro día. Los sindicatos hemos aportado trabajos, propuestas y siempre nos hemos mostrado dispuestos a buscar soluciones. El 25 de enero firmamos un Acuerdo con la patronal de los empresarios para el Empleo y la Negociación Colectiva que supone un gran avance para buscar soluciones. En el Congreso de los Diputados hace unos meses presentamos una Iniciativa Legislativa Popular por el empleo estable. Tras el éxito de las manifestación del domingo 19 de febrero enviamos una carta al presidente del gobierno pidiéndole la apertura urgente de una mesa de diálogo social para abordar la Reforma Laboral. Una carta hasta ahora sin respuesta. A ver qué sucede ahora, tras los excelentes datos de las protestas ciudadanas de este 29F en las calles de todo el país. Continúan instalados en la contradicción y el ciudadano medio empieza a tener más claro, cada día que pasa, que el camino elegido por el gobierno para arreglar las cosas no presagia nada bueno. No obtuvieron una patente de corso para hacer lo que les diera la gana. Recibieron el mandato del las urnas de gobernar para todos. Si continúan así, cada día seremos más en la calle. Y no pensamos parar. M.P.
