Domingo, 24 de Noviembre 2024
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España SINDICATOS Titulo: Comisiones obreras 11-M: la dignidad de las víctimas, la dignidad de nuestras vidas. Texto: Los trabajadores y trabajadoras españoles hemos llenado las calles el 19 de febrero y de nuevo el 29 de febrero para rechazar la reforma laboral impuesta y los recortes sociales. Los recortes del gasto a toda costa conducen a debilitar la calidad de los servicios públicos y la protección social. La reforma laboral entrega todo el poder al empresario acabando con el convenio colectivo y convirtiendo todos los contratos en temporales, con despido fácil, barato, incluso gratuito. El próximo 9 de marzo, las direcciones de Comisiones obreras UGT tomarán la decisión sobre la convocatoria de la huelga general. Por eso, en una movilización creciente, hemos decidido convocar nuevas manifestaciones el próximo 11 de marzo en toda España. En domingo, para facilitar la asistencia del mayor número de personas. El día 11 porque el siguiente domingo es día 18 y el 19 es fiesta en muchos lugares de España, San José, Las Fallas en Valencia. Además, en un trimestre tan duro y largo, sin fiestas, serán muchos los ciudadanos y ciudadanas que aprovecharán esos días festivos para desplazarse o viajar. Si la fecha elegida hubiera sido el 25 de marzo, nos toparíamos con un problema en Andalucía y Asturias, donde vivirán elecciones autonómicas y hubiéramos provocado protestas airadas de la derecha. Es cierto que, en el caso de Madrid, ese día coincide con diversos actos conmemorativos de los asesinatos terroristas en los trenes que venían hacia Atocha. Lo hemos tomado en cuenta y, por eso, lo primero que hicimos, fue llamar a la Asociación 11-M Afectados del Terrorismo, que aglutina a la inmensa mayoría de las víctimas de los atentados. Esas víctimas no veían incompatibilidad alguna en rendir homenaje, como cada año, a las víctimas, en la Estación de Atocha, a las 10,30 de la mañana y celebrar más tarde la manifestación, a las 12 de la mañana. Esta opinión fue determinante para confirmar que la fecha de la manifestación en Madrid fuera la misma que en el resto de España. Inmediatamente, aunque de forma previsible, la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, la presidenta Esperanza Aguirre y su vicepresidente Ignacio González salieron en tromba lanzando improperios y descalificaciones contra los sindicatos. Algo también habitual. La corte de tertulianos subvencionados comenzó a corear consignas, a cual más insultantes. He escuchado a un tal Beaumont, que hizo carrera en Coalición Popular, director de un panfleto denominado El Semanal Digital, acusarnos de inmorales. Ahora resulta que quienes ocultaron la verdad sobre la autoría de los atentados, quienes durante años intentaron desacreditar a los jueces y a la policía, quienes inventaron y publicaron supuestas pruebas, los creadores de la teoría de la conspiración, quienes alentaron y subvencionaron un asociación de víctimas minoritaria, pero muy útil para sus fines propagandísticos, negando el pan y la sal a la Asociación 11-M presidida por Pilar Manjón, los que atacaron a Pilar sin pudor alguno, quienes organizan un rancio homenaje institucional de cara a la galería, vienen a dar lecciones de moralidad a quienes el día 11 de marzo convocamos una manifestación para reivindicar la dignidad de la vida y la decencia del trabajo, la protección a las personas paradas, cuando, en plena crisis, se ven amenazados. En un gesto propagandístico Esperanza Aguirre traslada su acto al lunes 12, para no coincidir con la manifestación, aún a sabiendas de que la manifestación culminará en la Puerta de Alcalá, en lugar de en Sol, precisamente para evitar cualquier coincidencia con quienes a las 9 de la mañana hubieran decidido acudir a Sol. Decisión presidencial hipócrita, si tenemos en cuenta que el día 11 no se suspenderán los partidos del Rayo, el Madrid, o el Atleti. No se suspenderán conciertos como el de la Oreja de Van Gogh. No se suspenderá la Feria de la Caza, ni la del Calzado, ni la de animales de compañía, por poner ejemplos. No es intención, ni de Comisiones obreras, ni de UGT, entorpecer en las conmemoraciones del 11-M. Es más, realizaremos, como cada año, nuestro homenaje en la Estación de Atocha con la Asociación 11-M y con la Unión de Actores. Y luego pacifica, libre y democráticamente, acudiremos a la manifestación de trabajadores y trabajadoras. Por cierto, las víctimas del 11-M no eran altos cargos políticos, ni asesores personales, ni tertulianos a sueldo de los políticos, ni banqueros, ni grandes empresarios. Eran trabajadores y trabajadoras y estudiantes, hijos e hijas de trabajadores y trabajadoras. No pocos de ellos, afiliados, o hijos de afiliados, a algún sindicato, como Pilar Manjón. No tienen, por tanto, ninguno de aquellos oportunistas, ni la altura moral, ni la legitimidad necesaria, para acusarnos de convocar una manifestación el 11 de marzo en Madrid. No nos vamos de fiesta. No iremos alegres. Iremos por necesidad y con la dignidad que sólo las gentes del pueblo llevamos dentro. Un poco de dignidad, por favor. Un minuto de dignidad, de nuevo, por favor.